¿Qué es el "brillo del verano"? ¿Vale la pena tener miedo?

Como dos gotas de agua

De hecho, este fenómeno se conocía mucho antes de la invención del primer avión. Los escaladores fueron los primeros en registrarlo a mediados de 1700. Miembros de una expedición científica francesa escalaron el Monte Pambamarca en Ecuador y desde allí vieron sus sombras: alrededor de sus cabezas había algo parecido a un halo brillante. En el siglo XVIII, alguien podía atribuir tal fenómeno a una manifestación divina, pero a principios del siglo XX apareció una explicación física del fenómeno inusual.

Foto: JEFF TOPPING / GETTY IMAGES

En la década de 1980, los científicos aclararon que la mayor parte de la luz que forma el resplandor ni siquiera pasa a través de las gotas. Los rayos apenas tocan las gotas, creando ondas electromagnéticas en ellas. Estas ondas influyen en la distribución de la luz, formando el mismo "halo" que podemos observar.

Luces salvavidas

Pero este fenómeno óptico está lejos de ser el único que hizo pensar a la gente sobre la presencia de fuerzas superiores. Otro ejemplo de ello son las luces de San Elmo. Estas son descargas eléctricas que ocurren en los extremos de objetos afilados: torres, árboles solitarios, picos afilados de rocas y mástiles. Muy a menudo, tales luces aparecen cuando el aire se llena de electricidad: antes o durante una tormenta eléctrica, así como una fuerte tormenta de nieve invernal.

El hecho de que las descargas "aman" los mástiles y el clima tormentoso naturalmente llevó a los marineros a dar su propia explicación. Estaban seguros de que las "luces de San Elmo", que lleva el nombre de San Elmo (Erasmo), el santo patrón católico de los marineros, promete buena suerte y la culminación exitosa de la peor tormenta.

¡Estamos seguros de que el "resplandor volador" puede considerarse una buena señal!

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