Último puerto de destino: de donde parten los buques fuera de servicio de todo el mundo

El transporte marítimo sigue siendo el principal motor de las relaciones comerciales y económicas y proporciona la mayor parte del tráfico mundial de mercancías. Pero tarde o temprano, la vida de cualquier barco marino, ya sea un petrolero o un crucero, está llegando a su fin, y surge la cuestión de su eliminación. Las realidades económicas modernas son tales que los barcos desmantelados se eliminan en los países más pobres de Asia, y cómo esto sucede nos hace pensar mucho.

Los grandes barcos que ya no están en uso son un dolor de cabeza completo para sus propietarios. El proceso de remolque y eliminación en sí mismo en los países desarrollados con altos estándares ambientales y leyes laborales cuesta mucho dinero. Por lo tanto, la mayoría de los barcos desarmados parten hacia las costas de Bangladesh, India o Pakistán. Aquí nadie supervisa el cumplimiento de los salarios aceptables y la seguridad de los trabajadores, y el combustible gastado se descarga directamente en la playa de arena.

Todos los equipos adecuados para trabajos posteriores, así como las piezas valiosas, se retiran con anticipación antes de enviarse para su reciclaje. Al llegar al sitio de reconstrucción, los barcos se someten a un desmontaje manual primario: se retira toda la decoración interior, se retira el equipo restante. Por lo tanto, lo más valioso en el momento de la llegada al último destino es el propio casco. El desmantelamiento del casco también se lleva a cabo manualmente: los trabajadores, algunos de los cuales suelen ser adolescentes menores y niños de 10 a 14 años, cortan el barco en partes más pequeñas.

Metro por metro, se corta el casco del barco y se retiran piezas para su fundición a empresas metalúrgicas. Este es un valioso recurso secundario que, por ejemplo, en India, cubre hasta el 10% de las necesidades de acero del país. Y la ciudad de Chittagong en Bangladesh, donde unos 80,000 trabajadores trabajan en el desmantelamiento de barcos desmantelados, proporciona a su país metales ferrosos en un 50%. La situación ambiental en la costa de Chittagong, donde los barcos han estado reciclando durante más de 50 años, es simplemente aterradora: la concentración permisible de contaminantes como el plomo o el asbesto se supera en más de 100 veces.

Lleva varios meses desmontar completamente un barco. La gente trabaja en condiciones inhumanas. Huelga decir que tales empresas tienen bajos salarios y altas tasas de lesiones y mortalidad ocupacionales. Pero aquí hay una estabilidad importante, porque cada año se cancelan al menos 1000 barcos en el mundo. Más del 90% de ellos se eliminan en cinco países del mundo: China, Bangladesh, India, Pakistán y Turquía.

En Turquía, el centro para el análisis de barcos es la ciudad de Aliaga. Hace varios años, además de la eliminación de embarcaciones marítimas, comenzaron a lidiar con el desmantelamiento de antiguas plataformas petroleras. Y esto a pesar de que Aliaga, ubicada a orillas del mar Egeo, es un centro turístico.

Chittagong en Bangladesh, Alang en India, Gadani en Pakistán: todas estas ciudades se han convertido en centros de desastre ambiental y humanitario. En el contexto de todo esto, uno solo puede esperar que la comunidad mundial tarde o temprano preste atención a la situación en los centros de reciclaje de buques marinos y la cambie para mejor.

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